“Porque la vida puede ser maravillosa”. Es una frase que habrán oído muchas veces. A mí, cada vez que la oigo, me viene a la cabeza el gran Andrés Montes. Esta afirmación nos recuerda que, a pesar de los desafíos y preocupaciones, la vida está llena de pequeños detalles que merecen ser apreciados.
En nuestro ajetreado día a día, nos sumergimos en nuestras responsabilidades, nos dejamos absorber por los problemas y, a veces, olvidamos levantar la cabeza para disfrutar de esos momentos que hacen que la vida valga la pena.
Pero ¿y si nos detenemos un momento para apreciar el aroma del café con los compañeros por la mañana, o para escuchar nuestra canción preferida? Estos son los pequeños tesoros que nos regala la vida a diario.
En ocasiones, nos obsesionamos con la búsqueda de grandes logros o eventos extraordinarios para encontrar la felicidad, sin embargo, la esencia de la vida se revela en las pequeñas cosas. Esto queda perfectamente plasmado en aquella escena de «American Beauty», donde el protagonista contempla maravillado una simple bolsa de plástico flotando en el viento, admirando su gracia y belleza en su simplicidad más pura.
Andrés Montes nos desafiaba a ver la vida con ojos de asombro, a abrazar la positividad incluso en las situaciones más comunes. Su legado nos inspira a encontrar la alegría en cada día y a cultivar una mentalidad que celebre la vida en su totalidad.
Así que la próxima vez que te encuentres inmerso en la vorágine de lo cotidiano, recuerda las palabras de Montes. Detente un momento, respira hondo, mira a tu alrededor y permite que la maravilla de la vida te envuelva.
Porque, sí, amig@s, la vida puede ser maravillosa.
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