¡¡¡Buenassssss buenassssssssss!!!
Queeeeee…por fin es juernes y el cuerpassso lo sabe, ¿eh?
¡Ay la vida moderna!
Palabrejas cada vez más complicadas y casi todas en inglés.
Conceptos que a ciertas generaciones ya se nos escapa un poco de las manos, misiela.
Además, una vida moderna en constante reto de complicarlo todo.
Porque…
¿Quién quiere lo fácil cuando se puede complicar hasta lo innecesario?
En un mundo donde la simplicidad es vista como una especie de ofensa intelectual.
Y parece que hay algo profundamente satisfactorio en tomarse una simple pregunta y convertirla en un laberinto mental de teorías y soluciones demasiado elaboradas para algo que, en el fondo, no tiene tanta ciencia.
Pero, claro…
¿Quién quiere una respuesta fácil cuando puedes pasar horas buscando algo más… profundo, bebé?
Así que… de pensamientos regulinchis y esas cosas, te vengo a escribir en este #postdelosjuernes.
Y, como siempre, espero que te guste…
La magia de la complejidad innecesaria
Imagina por un momento que estás tratando de decidir qué cenar.
Una opción sencilla sería, por ejemplo, pedir pizza.
Pero no.
En lugar de hacer eso, de repente te conviertes en un filósofo gastronómico que se pregunta por el destino de la humanidad, si las proteínas que consumes son moralmente aceptables y si realmente es necesario pedir cinco birritas para ti sola.
Sí, primera necesidad, por cierto 😉
Pero no puedes quedarte ahí.
Necesitas ver qué pasa con las estadísticas de calorías por porción, leer reseñas de restaurantes de toda Gáldar y quizás incluso considerar si tu elección tiene algún tipo de relación con tu horóscopo.
Al final, decides que la pizza es la opción más sensata.
Pero después de tres horas de investigación…
Y, como has tardado tanto en hacer la pedisssion, ya el restaurate ha cerrado y terminas zampándote unas galletas falsas Oreo del Mercadona mientras te auto flagelas por no haber tomado una decisión más rápido.
El arte de evitar lo obvio, bebesita.
Este fenómeno de complicar lo sencillo se extiende a casi todos los aspectos de nuestra vida.
¿Problemas en el trabajo?
No te limites a hablar con tu jefe…
NO.
Mejor pasas horas analizando si esa conversación podría desencadenar en una crisis emocional que afecte tu desempeño durante los próximos meses o si tu jefe realmente detesta la forma en que organizas tus chatsitos del Teams.
¿Problemas en tus relaciones personales?
No te limites a ser honesta…
NO, NO.
Mejor te enredas cual telenovela de pro en un análisis detallado de todos los posibles significados ocultos en los whatsapp de la otra persona.
Porque, claro, en lugar de simplemente preguntar si quieren salir este finde, te conviertes en Gloria Serra de Equipo de investigación y coach espiritual.
Todo en uno, eso sí.
Y es que hay un dulce placer de ignorar lo simple.
Un gustirrinín muy rico por complicarnos la vida.
Y la existencia.
Sobrepensar.
Y aquí está la gran ironía.
El simple sentido común…
Esa idea anticuada de que a veces la respuesta a un problema es tan sencilla que sólo necesitamos confiar en nuestro juicio.
¿Hola?
¿Confiar en…..qué?
Pero si es mucho más divertido hacer de un simple dilema una especie de épica emocional.
Después de todo, si la respuesta fuera tan sencilla como hacer una llamada…
¿Qué haría yo con todo ese drama innecesario que cuido y cultivo con tanto cariño?
Sería algo así como pensar que estamos luchando por algo grande.
Majestuoso.
Aunque, en verdad, no tengamos ni puñetera idea de lo que es 🙂
Y digo yo…
¿Para qué buscar respuestas simples cuando puedo invertir horas de mi vida analizando cosas que no importan una mierder?
¿Quién quiere llegar al final de un problema con una solución rápida, clara y sin complicaciones, cuando puedes disfrutar de un delicioso cóctel molotov de confusión, inseguridad y, por supuesto, procrastinación?
Así que la próxima vez que enfrentes un problema, no te atrevas a tomar la vía fácil, misiela.
Hazle casito del bueno a tu influenssser de confiansssa favorita y mejor dale vueltas al asunto hasta que te des cuenta de que todo lo que necesitabas era un poco de sentido común.
Porque, al final… lo complicado es lo que nos da la verdadera chispa de la vida moderna.
Y, si alguna vez sientes que estás haciendo una montaña de un grano de arena…
¡No te preocupes!
Es sólo que en este mundo moderno, la simpleza está sobrevalorada.
Mejor, sigue adelante con tu incertidumbre y deja que la vida te sorprenda…
…mientras sigues buscando lo profundo en lo superficial.
¡Ánimo, misiela! A seguir complicándonos la existencia con estilassso del bueno.
Que ya vendrán tiempos para la calma…
Y ahora sí que sí porque vamos con todo y con el AdfSpotify de la semana, donde esta zagala que escribe te trae los temasssos de ayer, hoy y siempre.
Como no podía ser de otra forma, damos comienzo a la época piscina con «Me Pasa (Piscis)» de Bomba Estéreo, Rawayana y ASTROPICAL, te sumerge en un viaje apasionante lleno de emociones y conexión.
Desde el deseo de bailar hasta el amanecer, hasta la sensación de flotar en el espacio junto a esa persona especial, cada verso te transporta a un mundo mágico donde el amor y la atracción se entrelazan.
Imagina que eres un Piscis, tu vida está llena de emociones intensas, pero también de caos cósmico.
La canción tiene un ritmo pegajoso y chill, perfecto para esos momentos en que sientes que todo te pasa por encima, pero aún así, sigues bailando…
Porque al final, lo que nos queda es fluir con el universo… y con el reggaetón 😉
Bomba Estéreo, Rawayana, ASTROPICAL – Me Pasa (Piscis) (Official Video)