By ¡¡¡Buenassssssss buenasssssssss!!!
Que por fin es juernes y el cuerpassso lo sabe, ¿eh?
Hoy inicio este -nuestro- post semanal con una preguntita…
¿Alguna vez te has sentido como si la vida te estuviera lanzando señales a gritos en colorinchis neón -y el mono del sticker tocando en el piano música dramática- mientras tú decides ignorarlas como si fueran un mensaje de spam?
En el universo de la saga cinematográfica “Destino Final”, los protagonistas reciben advertencias cristalinas de que la muerte está al acecho.
Y, aunque se esfuerzan en evadir su destino, los resultados son… un muchito trágicos.
Pa´qué te voy a decir que no, si sí 😉
Pero, ¿acaso no somos todos un poco como ellos?
Nos pasamos los días ignorando las señales y, si observamos bien, la vida nos las envía como si estuviera usando un megáfono, gritando: “¡Tú, bebé, no hagas eso!”
Pero, por supuestísimo, somos unos genios que preferimos actuar como si no estuviéramos en una peli de terror.
Después de todo, el guion de nuestra vida no puede ser tan dramático, ¿verdad?
Así que, de intuiciones y señales fosforitas te vengo a escribir en este nuevo #postdelosjuernes, misiela.
Y, como siempre, espero que te guste…
La vida y sus mensajitos.
Imagina que te levantas una mañana y, en lugar de un café para ponerte a tope de power, te encuentras que tu alarma no sonó y te has quedado dormido.
“¡Mierda!”, te dices, mientras te lavas la cara a la velocidad de la luz y sales corriendo hacia el trabajo con los primeros zapatos que encuentras por casa.
¿Te suena, bebé?
La vida te acaba de enviar una señal de que necesitas un relojito -o móvil- nuevo.
Pero tú decides seguir ignorando esa alarma que falló.
Este es un ejemplo banal, pero hay veces en que las señales son aún más evidentes.
¿Recuerdas esa vez que tu coche empezó a hacer ruidos extraños?
Sí, ese sonido que suena como una mezcla entre un gato afónico y tu amiga «cantando» en el Reina de la Noche.
Y tú, ilusa que eres, subes la música al máximo para no escuchar el ruidito, en vez de llevarlo al mecánico de confi 🙂
Porque, ¿quién necesita escuchar una advertencia de que el motor podría explotar en cualquier momento y dejarte más tirada que una colilla en la autovía del norte?
Y no me olvido de las relaciones.
Sobre todo, las relaciones de amor-amor 😉
Donde la life te manda «súper sutiles» señales, ¿no, beibi?
Primero tenemos la señal de no responder a tus mensajes dejándote en visto.
También, la de «olvidar» tu cumpleaños o la de «no estoy listo para una relación seria».
Sutiles señales… sí, sí (IRONÍA MODO ON)
¿Quién necesita prestar atención?
Mejor sigue ignorando esas «advertencias» y esperando que, mágicamente, todo mejore.
Porque, claramente, la vida no podría estar dándote indicios de que salgas corriendo antes de que termines empalada contra un camión lleno de troncos de madera…
La ironía está en que, mientras más ignoramos estas señales, más evidentes se vuelven.
Un día, te despiertas y te das cuenta de que has acumulado una serie de decisiones pésimas, como si estuvieras coleccionando recuerdos de vacaciones en un álbum Hofmann ficticio.
Así que, en vez de dejarnos llevar por la sabiduría que la vida nos ofrece, decidimos vivir en nuestra burbuja de ignorancia, como si fuéramos los protagonistas de nuestra propia película de terror.
Ya sabemos que la ignorancia, además, es muy atrevida, beibi.
¿Por qué aprender de las señales cuando puedes esperar a que la vida te haga una jugada digna de Destino Final?
Porque recuerda que, al final del día, lo importante es disfrutar el viaje…
Aunque a veces te lleve por caminos un poco… de morisssion.
Y ahora sí que vamos con todo y más con nuestro AdfSpotify, donde esta zagala que escribe que trae los temasssos de ayer, hoy y siempre, bebé.
Desde finales de los años setenta, directamente desde Gran Bretaña y con amor del bueno, te presento una de las canciones más emblemáticas de Dire Straits.
Entre los mejores temas de la historia del rock, «Sultans of swing» con su hiper mega ultra protagónica guitarra solista es obra del virtuoso Mark Knopfler, y con alguna que otra tonalidad que recuerda-de aquella manera… ya tú sabeh- a algunas usadas en el flamenquito.
No es de extrañar que, como chismesito, Mark confesó con humildad «no saber nada de guitarras» tras ver actuando al gran Paco de Lucía.
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